RETABLOS DE LA IGLESIA
NUESTRA SEŅORA DE LA ASUNCIÓN

 

Retablo mayor.

Retablo colateral de Nuestra Señora la Mayor y del Cristo Crucificado.

Retablos de San Antonio y Nuestra Señora de la Soledad.

Diccionario de términos.

Bibliografía.

RETABLO MAYOR

El retablo es obra de Domingo Fernández, arquitecto de fuerte personalidad, vecino de Segovia, maestro que hizo en 1629 el retablo de San Cosme y San Damián de la catedral de Segovia y autor de otros repartidos por la geografía del arcedianato, como el de San Antonio de la iglesia de Paradinas; muchas de sus obras has desaparecido o han sido sustituidas por otras de más moderna arquitectura, como ocurrió con los retablos de la iglesia de Escarabajosa, sustituidos a finales del siglo XVIII por otros de estilo rococó.

Ocupa todo el muro frontal de la capilla mayor, es de grandes proporciones y monumentalidad, destaca entre los de aquella zona. Su estilo encaja perfectamente dentro de las formas escurialenses básicas, a las que se han ido añadiendo elementos ornamentales, sobre todo en los fustes, con una curiosa decoración de fingidos engastes en forma de rombo.

El retablo estaba terminado en 1610, en ese año se llevó al pueblo, tal como figura en las cuentas parroquiales de dicho año:

"DESCARGO. Primeramente da por descargo dicho Benito Sanz ciento y dieciocho rreales a cuenta del cobramietno que se hizo cuando se trajo el retablo para la dicha iglesia."

En las mismas cuentas se refleja un gasto por hacer los andamios para poner el retablo:

"MAS Pague a Juan Errero carpintero doscientos y setenta rreales por adobar la Madalena y azer los andamios para poner el retablo."

La ejecución de este retablo ocasionó algunos problemas porque en las cuentas de 1610 hay una partida por costas del pleito del retablo:

"MAS da por descargo beynte y cinco rreales que tuvo gastados de costa de un pleito que ubo sobre el retablo.
MAS da por descargo diez y siete rreales de una provisión que se trajo para dicho pleito."

Y en las cuentas del año 1611:

"ITEM. Mas da por descargo veinte y cinco rreales que pago por costas cuando el pleito del retablo.
ITEM. Mas da por descargo que pague siete rreales que costo una provision quando el pleito del retablo digo diecisiete rreales."

En 1612 aún no se había solucionado el pleito:

"MAS se le cargan veintiun rreales que se gastaron de costas de procurador notario y provisar con Domingo Fernandez sobre sentar el retablo.
MAS se le pasa diecisiete rreales del coste de una real provision que se trajo de Valladolid sobre el pleito del retablo."

Aunque el libro de fábrica comienza en 1610, sabemos, por varios recibos del arquitecto y escultor, que recibieron pagos a cuenta del retablo desde el año 1602. En las cuentas parroquiales hay varias partidas de dinero relacionadas con el pago del retablo desde el año 1610 hasta el 1628. Domingo Fernández cobró por el retablo unos 1.835 ducados (A.P. de Torreiglesias. Primer libro de cuentas de la iglesia va desde los años 1610 a 1630. Cuentas del año 1610 a 1628).

El retablo consta de banco, dos cuerpos y ático. Está dividido en cinco calles, con seis columnas con basa, fuste y capitel dórico en el primer cuerpo; ocho columnas de capitel jónico en el segundo y cuatro columnillas corintias en el ático.

El banco es de poca altura, tiene dos partes comprendidas entre las contrabasas de las columnas, cada una de ellas al igual que los planos de las contrabasas, se decoran con relieves; la parte central del banco está ocupada por el tabernáculo, que además ocupa todo el primer cuerpo. Se testimonia así el valor que lo eucarístico ha adquirido en el culto de la retablística.

El tabernáculo tiene su estructura propia, es una construcción muy bella, con formas de edificio clásico. Está formado por dos cuerpos. El cuerpo principal presenta tres portadas con arquitrabe, friso decorado con triglifos y metopas y frontón triangular. El entablamento recorre todo el cuerpo. Desde la portada principal a las laterales loso paños se sitúan en esviaje, abriéndose sendas hornacinas adornadas con casetones, que cobijan dos tallas de bulto de San Pedro y San Pablo. Los elementos sustentantes son columnas dóricas de fuste entorchado. La puerta del sagrario se decora con un relieve con "La venida del Espíritu Santo en Petencostés". Sobre la puerta hay un frontón circular. Los relieves de la portada izquierda representa "La caída de Cristo camino del Calvario" y en la portada derecha "El descendimiento". El segundo cuerpo es circular, a modo de tambor de gran tamaño, tiene hornacinas aveneradas entre columnas pareadas jónicas, dentro de las pequeñas hornacinas hay tallas de los apóstoles. Un entablamiento con la cornisa voladiza pone límite a este cuerpo, encima se asienta la media naranja con una pequeña balaustrada en la base. En la cúspide se ha colocado una linterna, sigue en esencia la composición del cuerpo circular, pero a tamaño reducido: hornacinas entre columnas pareadas, con diminutas imágenes y una cubierta de cascarón. Es, sin duda, el tabernáculo más bello de la zona, ha conservado casi todas las esculturas que lo decoran.

Los dos cuerpos del retablo tienen distinta forma. El primer cuerpo se divide en calles por columnas dóricas de mayor tamaño, con el original fuste empleado por Dominguez Fernández, consiste en una decoración de fingidos engastes en forma de rombo y perlas, que van alternando; encima un entablamiento con el friso decorado al estilo más clásico, con triglifos y metopas, la cornisa se apoya en pequeños cuadrados, a modo de canecillos. Las cajas que se forman son rectangulares, ligeramente más estrechas las laterales de los extremos, se decoran con esculturas; las otras dos se decoran con lienzos, bajo frontones curvos. La calle central está ocupada por hornacina cerrada por arco de medio punto para acoger el gran tabernáculo. El segundo cuerpo es sensiblemente más pequeño, la división de las calles se hace por columnas jónicas de fustes con fingidos engastes de rombos, diferentes a los empleados en el primer cuerpo. Las columnas que escoltan la hornacina central, cerrada por arco de medio punto rebajado, son pareadas. El entablamento de este cuerpo es más pequeño, el friso se decora con relieves. Las cajas de las calles laterales de los extremos se decoran con tallas y las otras dos están cubiertas por lienzos pintados bajo frontones triangulares.

El ático tiene una caja entre columnas pareadas de capitel corintio, termina en la parte superior con un frontón triangular con la figura del Dios Padre. A ambos lados unos arbotantes tapan los ángulos, sobre ellos se sitúan dos figuras recostadas; en los extremos dos medallones sostenidos por ángeles y escoltados por pirámides rematadas en bolas completan la ornamentación.

La gran cantidad de hornacinas y cajas exige una imaginería abundante, en ella se mezcla la escultura y pintura, la primera está ubicada en el banco, en la calle central y en las laterales de los extremos, la pintura ocupa las laterales interiores.

El autor de las esculturas fue Juan Jiménez, falleció sin terminar de cobrar su obra. A partir de 1610, fecha del comienzo del primer libro de fábrica que se conserva, los pagos los cobra su mujer María de Imberto y su segundo marido Juan de Angulo, que reciben distintas cantidades hasta 1623. No estuvieron de acuerdo con la tasación de las esculturas y hubo pleito. El precio de las esculturas supuso unos 500 ducados (A.P. de Torreiglesias. Primer libro de cuentas de la iglesia va desde los años 1610 a 1628).

Aunque no se puede determinar por los documentos que parte de talla hizo cada maestro, podemos deducir que las esculturas exentas tienen el mismo estilo y serían obra de Juan Jiménez. Las figuras no se distinguen por su excesiva calidad, los rasgos de los rostros de facciones recias son algo toscos. Suponemos que Domingo, o algún maestro por encargo suyo, intervino en las tallas de los relieves y en las figuras que adornan el tabernáculo, con amplios ropajes que describen curvas y pliegues de acusados perfiles.

El banco está decorado con relieves tanto en los seis dados en los que descansan las columnas, como en los cuatro intercolumnios. Los temas que adornan el banco de izquierda a derecha son: Santa Agueda, con la palma del martirio y la bandeja con los pechos; un tablero tallado a modo de escudo con florero en el centro; Santa Lucía con la palma en una mano y la bandeja con los ojos en la otra; en el tablero que corresponde al lienzo del primer cuerpo se representan dos padres de la iglesia: ¿San Ambrosio? y San Gregorio; dos apóstoles en las bases de las columnas que enmarcan el expositor ¿San Tadeo con la alabarda? y Santiago Alfeo con la porra o tranca; otros dos padres de la iglesia: San Jerónimo y San Agustín, debajo del lienzo; Santa Catalina de Alejandría con la palma del martirio, la rueda rota con púas aceradas y la cabeza del emperador Majencio a sus pies; un tablero tallado a modo de escudo igual al de enfrente y una Santa mártir con palma de martirio en la mano izquierda, aunque ha perdido su atributo, que llevaba en la mano derecha, puede tratarse de Santa Bárbara.

Preside el retablo una imagen de la Asunción de Nuestra Señora, parece sentada sobre un cúmulo de nubes y rodeada de ángeles, los de arriba están colocados de forma que sugieren estar coronando a la Virgen. Tiene las manos juntas y el manto muy plegado, recogido a la altura de la cintura. El rostro es poco expresivo, le falta fuerza interior.

En las hornacinas laterales están los cuatro evangelistas, a la izquierda San Juan y San Mateo y a la derecha San Lucas y San Marcos. Para adaptarse al espacio, San Mateo y San Marcos, que están en el segundo cuerpo, son de tamaño más reducido. Las tallas resultan faltas de espiritualidad, no demostrando el escultor Juan Jiménez con la gubia mucha habilidad ni en el modelado de los rostros, ni en el de los paños. A pesar de que los brazos y mantos adoptan posturas de líneas abiertas, las imágenes parecen paralizadas. Las carnaciones son brillantes y las telas están decoradas con abundantes motivos vegetales dorados. Terminando en la calle central, en la caja del ático, hay otro grupo escultórico que representa el Calvario, se compone de un Crucificado de tres clavos, con el paño de pureza anudado al lado derecho. Cristo muerto deja caer la cabeza sobre el hombro; a los lados las imágenes de María y San Juan evangelista, siguen el estilo que se impone desde finales del siglo XVI y que se repite en muchos retablos, la Virgen enmantonada con las manos juntas y San Juan mirando a Cristo. La cruz está clavada sobre un fondo pintado, que representa una ciudad. Puede que este grupo existiera con anterioridad a la construcción del retablo; la talla es más delicada que la de otras esculturas exentas. Las figuras recostadas sobre los arbotantes representan a Moisés, a la izquierda, y a Elías a la derecha. Además de estas esculturas hay varias de tamaño más pequeño en las hornaciones del tabernáculo; representan apóstoles.

Las pinturas ocupan las cajas de las calles laterales, son cuatro lienzos grandes, muy deteriorados. Los cuadros del primer cuerpo son rectangulares y de mayor tamaño. Fueron ofrecidos por devotos, como reza una inscripción en el lienzo de la izquierda: "DIERON ESTOS CUATRO MISTERIOS DON GASPAR DE AGUILAR Y SU HIJO DON ANTONIO DE AGUILAR". Este cuadro representa "El nacimiento"; a la derecha "La Anunciación". El segundo cuerpo, a la izquierda: "La presentación del Niño en el templo" y a la derecha, muy borroso, "La adoración de los Reyes". A pesar del deterioro se aprecia la calidad pictórica en las escenas, con una composición bien equilibrada y dibujo firme.

Las figuras anatómicamente bien hechas, son personajes sólidos, fuertes y proporcionados. Se vislumbran fondos de paisajes en "El Nacimiento" o de interiores amplios y conseguidos, como en "La presentación del Niño en el templo". El colorido poco se puede apreciar por la situación en que se encuentran los lienzos. Las pinturas son de la misma época del retablo, es posible que el pintor utilizara estampas para su realización, sistema muy extendido en Segovia dada la falta de pintores de primer orden.

Hay una intención teológica buscada ex profeso. Se pone al Padre en la cumbre como creador y Señor de todo. Debajo Cristo, que se entrega por amor en la cruz; a él miran los profetas del Antiguo Testamento, Moisés y Elías. En el orden inferior, los evangelistas como columnas de la iglesia y en el centro la Virgen como intercesora; en la base los padres de la iglesia, San Ambrosio, San Gregorio, San Jerónimo y San Agustín, como defensores de su doctrina contra la herejía y las mártires, que sostienen el reino de Cristo.

El dorado de las imágenes se fue haciendo en diferentes años. En 1715 se pagaron 150 reales por la talla y dorado de la peana de Nuestra Señora de la Asunción y 60 rs. por dorar la tarjeta de San Marcos. En 1726 se pagaron 300 reales por dorar la talla de San Lucas.(A.P. de Torreiglesias. Segundo libro de cuentas de la iglesia que dio Gaspar de Brigida este año de 1698 hasta 1740. Cuentas de los años 1715 y 1726). La falta de referencia sobre el dorado de las otras esculturas se deberá a que las costearían los devotos de limosna.

El dorado del retablo se hizo en 1741, como se indica en el recibo firmado por Joaquín Casado. El maestro declara haber recibido 9.500 reales, pagados por la iglesia, 9.200 por dorar el retablo y los 300 restantes por haber pintado la bóveda y el pedestal del retablo, con algunas obras que se hicieron en él.(Id. Cuentas del año 1740). En las cuentas del año 1741 hay una partida que dice: "Más da en data dieciseis reales que se dieron a Manuel Bermexo oficial que trabajo en dicho retablo".

Una inscripción recorre el banco: (A la izquierda) "DORESE ESTE RETABLO SIENDO CURA RECTOR EL LICENCIADO DON MARTIN DIEZ (a la derecha) Y MAYORDOMO DE ESTA IGLESIA JUAN DE ANDRES VECINO DE ESTE LUGAR. AÑO DE 1741".

 

RETABLOS COLATERALES DE NUESTRA SEÑORA LA MAYOR Y DEL CRISTO CRUCIFICADO.

Entre 1709 y 1712 Francisco de Prado cobra 7.000 reales de vellón, pagados por los mayordomos de la parroquia, por dos retablos colaterales que hizo y asentó en esta iglesia. En 1712 le encargaron 5 peanas, una para Nuestra Señora, cuatro para los intercolumnios de los colaterales, una cruz y varias piezas para los retablos. En el recibo de finiquito que se conserva en el libro de fábrica aparece como maestro de escultura y como maestro de retablos. Quedaron muy contentos los vecinos porque de albricias, llevaron al maestro, un poco de trigo y al oficial de Francisco de Prado le dieron guantes, por lo bien que había trabajado. La obra de este artista ha ido evolucionando y ganando en riqueza, desde sus primeras obras hasta éstas que son la culminación de su obra artística. Son ejemplo de retablos churriguerescos. Destaca la rica decoración vegetal, sartas de frutos, penachos y hojarasca cubren los espacios.

Retablo de Nuestra Señora la Mayor.

En 1710 el escultor Francisco de Prado cobró 3.000 reales por hacer este retablo para el lado de la epístola. La iglesia pagó 151 reales por el transporte y cuatro reales del porte de las caballerías por traer los trastos para asentarlo (A.P. de Torreiglesias. Segundo libro de cuentas de la iglesia que dio Gaspar de Brigida este año de 1698 hasta 1740. Cuentas del año 1710).

Consta de banco, cuerpo principal, con tres calles y ático. Sobre un basamento se apoya el banco con sus resaltados netos elegantemente adornados con decoración floral y con ménsulas que sirven de base a las columnas. Presenta en medio un sencillo sagrario. La calle central del cuerpo del retablo es más ancha que las laterales. La separación de las calles lleva a cabo por cuatro columnas salomónicas con decoración vegetal a base de racimos y hojas de vid. Entre cada intercolumnio hay hornacinas con esculturas en madera policromada sobre basamentos ricamente decorados. Sobre las hornacinas hay profusa decoración. El ático se decora con un lienzo.

En la hornacina central se venera la imagen de Nuestra Señora La Mayor, es una imagen de vestir. En las hornacinas laterales hay dos esculturas: en la calle izquierda va la imagen de un santo jesuita; en la derecha San Roque.

En la puerta del sagrario hay una pintura sobre tabla de escasa calidad, representa al Buen Pastor. El lienzo del ático está oscurecido, parece representar a San Antonio. Está flanqueado por dos esculturas de angelotes graciosamente colocados en inestable posición.

Retablo del Cristo Crucificado.

En 1712 el escultor Francisco de Prado cobró 3.000 reales por hacer este retablo pra el lado del evangelio. La iglesia pagó 151 reales por el transporte y 40 reales por las clavijas y clavazón del retablo (Id. cuentas del año 1712).

Está situado a la izquierda. Consta de banco, cuerpo principal y ático. En el centro del banco hay un sagrario; a ambos lados grandes ménsulas con penachos de hojarasca sirven de base a las cuatro columnas salomónicas, rícamente ornamentadas, que se integran en el cuerpo principal del retablo y que enmarcan las tres hornacinas; la central es lobulada y se adorna con cogollos de gran resalte y con un ángel en el centro; las hornacinas laterales son de medio punto, dos peanas formadas por ricas volutas sustentan dos imágenes. Una cornisa quebrada enlaza con el ático; este enlace lo lleva a efecto la gran cartela situada sobre la hornacina central; el resto de la cornisa con sus entrantes y salientes contribuye a conseguir efectos lumínicos.

El ático está constituido por un lienzo ovalado. Los espacios laterales, a modo de arbotantes, están decorados con voluminosas ramas. Dos angelillos sentados en la cornisa completan la ornamentación. En el centro hay un Crucificado.

En 1712 se retocó el Santo Cristo y doraron los remates de la cruz. Costó 40 reales y otros 20 se pagaron por la pintura de la puerta del sagrario. En la hornacina de la derecha una talla de San Sebastián y en la de la izquierda, San Miguel Arcángel vestido de general romano, indumentaria que, desde el Renacimiento, se prefiere. Ostenta sus atributos personales: una balanza, un largo palo que termina en cruz y un demonio a los pies. Dos pinturas adornan el retablo. En la puertecilla del sagrario hay una pintura sobre tabla con un Ecce Homo. El lienzo del ático está tan oscuro y sucio que no deja ver el tema, suponemos que alguna escena de la pasión.

En 1766 doró y jaspeó los retablos Lorenzo Villa. Cobró 7.232 reales. En la misma fecha se le deja a deber 768 reales hasta que encarne y estofe las imágenes (A.P. de Torreiglesias. Tercer libro de cuentas de la iglesia parroquial del lugar de Nuestra Señora de la Asunción empieza el año 1742 siendo cura D.Martín Díez y empieza en el año 1741. Cuentas del año 1766). Se le abonarán en 1767 (A.P. de Torreiglesias. Libro de fábrica que da a principios del año 1768 en las cuentas de José Vacas mayordomo que fue de 1767 hasta 1784. Cuentas del año 1767). El fondo del retablo está jaspeado en tonos verdes y los resaltes están dorados.

 

RETABLOS DE SAN ANTONIO Y NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD .

A ambos lados de la nave hay dos retablos iguales construidos en el año 1767. Francisco Rodriguez cobró 2.800 reales por ellos (A.P. de Torreiglesias. Libro de fábrica que da principios el año 1768 en las cuentas de José Vacas mayordomo que fue de 1767 hasta 1784. Cuentas del año 1767).

Constan de banco, un único cuerpo de tres calles y ático. Presentan planta convexa, la calle central se adelanta, mientras las laterales se desarrollan en esviaje y el ático tiene hornacina avenerada. El banco está formado por tres entrepaños adornados con decoración argorescente y sesgada alrededor de una rocalla central y dos repisas más grandes sobre las que se apoyan las columnas del cuerpo principal, éstas cubren sus frentes con hojarasca y rocallas, y dos más pequeñas en los extremos, donde descansan pilastras. Las columnas enmarcan la hornacina, son de fuste estriado y capitel compuesto. Sobre la hornacina hay una orla de formas disimétricas. Dos tableros laterales aparecen decorados con colgantes en los que se mezcla la hojarasca con la rocalla. Sobre la cornisa de líneas quebradas, el frontón curvo se rompe y deja paso a la hornacina del ático; dos volutas adornan los laterales.

La imagen que hay en la hornacina representa a San Antonio de Padua, es una talla barroca de buena factura. Su rostro joven, dulce y sereno mira al Niño, que sostiene en sus manos con exquisito cuidado. Los paños adquieren, por medio de la abundancia de pliegues, un aire natural. Algo ajeno a cuanto le rodea, parece avanzar decididamente. Debajo, en una peana, querubines de tiernas formas infantiles asoman entre los pliegues del hábito. La policromía es muy sobria, los amplios paños del hábito franciscano están policromados en color pardo con galón dorado, destacando sobre él las carnaciones claras y brillantes. En el ático hay una talla de María Magdalena.

 

 

El retablo de Nuestra Señora de la Soledad está situado enfrente del retablo de San Antonio. La imagen es de vestir, lleva una túnica blanca y un manto negro, que, desde la cabeza a los pies la tapa por completo. Sobre la cabeza lleva doble corona de metal. En el ático no hay en la actualidad ninguna imagen.

 

 

 

 

El dorado de los retablos se realizó en 1773. En ese año hay una partida de 6.050 reales por dorar los retablos (Id. Cuentas del año 1773).

 

 

DICCIONARIO DE TÉRMINOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LOS RETABLOS

ALBAYALDE: Carbonato de plomo con el que se fabrica el blanco de plata.
ARQUITRABE: Parte inferior de un entablamento.
ASENTAR: Colocar un retablo.
ÁTICO: Último elemento que se coloca sobre el cuerpo del retablo.
ATLANTE: Cada una de las estatuas de hombres que, en lugar de columnas sustentan sobre la cabeza los arquitrabes de las obras.
BALAUSTRE: Columna de perfil compuesto por molduras, cuadrados y curvas.
BANCO: Parte inferior del retablo sobre el que se levanta el cuerpo y calles.
BASA: Parte inferior de una columna sobre la que descansa el fuste.
BOL: Nombre de ciertas arcillas coloreadas de rojo y amarillo por el óxido de hierro que se da sobre la madera antes de dorarla.
BOLA: Motivo ornamental esférico colocado como remate.
CALLE: Cada una de las divisiones verticales del retablo.
CORNISA: Parte sobresaliente superior de un entablamiento.
CORONACIÓN: Parte superior y final de un retablo.
CUERPO: Cada una de las partes principales que componen, en sentido, horizontal, un retablo.
CUSTODIA: Sagrario, tabernáculo.
EMBOLAR: Dar la última mano de bol para dorar.
ENCARNAR: Dar color de carne a las esculturas y angelotes de los retablos.
ENCARNACIÓN MATE: La no bruñida.
ENCARNACIÓN DE PULIMENTO: La bruñida y lustrosa.
ESTUCO: Masa de yeso blanco y agua de cola con la cual se hacen y preparan los elementos del retablo que después se doran o pintan.
EXPOSITOR: Pieza situada sobre o detrás del sagrario donde se exponía la custodia para la veneración de los fieles.
FACISTOL: Atril grande puesto sobre un pie alto.
FAJA: En el siglo XVI se suele emplear como sinónimo de friso.
FESTÓN: Adorno compuesto de convexidades yuxtapuestas a modo de ondas, hojas, flores y frutos.
FILETES: Línea o lista final que sirve de adorno.
FLORÓN: Ornato que representa una hoja o una flor que decora los remates.
GARGANTA: Parte mas delgada y estrecha de las columnas, balaustres y otras piezas semejantes.
HERMES: Busto colocado sobre un estípite.
IMOSCAPO: Parte inferior del fuste de una columna.
JARRÓN: Pieza en forma de jarro empleado como adorno de remate.
JASPEAR: Pintar imitando las vetas y salpicaduras del jaspe.
MACHÓN: Pilar.
MARCO: Cerco que rodea, ciñe o guarnece una pintura, tablero u otro elemento del retablo.
MODILLÓN: Miembro voladizo sobre el que asienta una cornisa o alero, o bien en los extremos de un dintel.
NETO: Pedestal de la columna, considerándolo desnudo de molduras.
NICHO: Concavidad generalmente e forma de simicilindro y terminado por un cuarto de esfera para colocar dentro una estatua.
PEDESTAL: Basa con molduras para soportar columnas o pilares.
PERFILES: Adorno sutil delicado, especialmente el que se pone al canto o extremo de una cosa.
PLAFÓN: Plano inferior del saliente de una cornisa.
RELEVAR: Resaltar los relieves de frisos, fajas y pilares.
RESALTOS: Saledizo de un cuerpo de moldura de un entablamento, que se proyecta fuera de una superficie.
RETALLAR: Resaltar por la diferencia de espesor en la madera, dos partes sobrepuestas.
ROLEOS: Decoración generalmente vegetal.
SISA: La que se hace de colores reconocidos con aceite de linaza para dorar de mate cuando está mordiente y que usan los doradores para fijar los panes de oro.
TABERNÁCULO: Sagrario donde se guarda la eucaristía. La costumbre de guardar la eucaristía encima del altar no se generalizó hasta el siglo XVI, época en que se extendió el uso de los sagrarios fijos.
TABLERO: Plano resaltado, liso o con molduras, para ornato de algunas partes del retablo.
TAMBANILLO: Tímpano
TARJETA: Adorno plano y oblongo que figura sobrepuesto a un miembro arquitectónico que lleva por lo común inscripciones, empresas o emblemas.
TRAZA: Proyecto plano o diseño para la fábrica de un retablo.
VENERA: Concha semicircular y convexa que se emplea frecuentemente como fondo de hornacina.

BIBLIOGRAFÍA

María Teresa González Alarcón. RETABLOS BARROCOS EN EL ARCEDIANATO DE SEGOVIA. 1999. Editado por Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia.